"Alejandro Jodorowsky, en su libro "La vía del Tarot" y también en "La Danza de la Realidad", relata que María, a los sesenta años, ya leía sus propias cartas. 'En 1950, gracias a Marie Lefevre, tuve mi primer encuentro con ese lenguaje óptico que es el Tarot. Lefevre había dibujado ella misma sus 78 cartas.

En lugar de copas, espadas, bastones y oros, utilizaba sopaipas (oros), calabazas de mate (copas), Shivalingams, sexos masculino y femenino formando una unidad (bastones), y ojos dentro de un triángulo (espadas). Recuerdo algunos de sus arcanos mayores: en lugar del Emperador y la Emperatriz, había un guaso y una hermosa ranchera. La Papisa era una machi mapuche, y el Mundo, un mapa de Chile. A pesar de la ingenuidad de esta baraja, Lefevre, con su lenguaje tan chileno contrastando con su pronunciación tan francesa, hacía lecturas de una precisión psicológica sorprendente. A mí, que sin sentirme pobre, había eliminado el dinero de mi vida, subsistiendo a la aventura, sin preocuparme por el mañana, me vaticinó cientos, miles de viajes por todo el planeta. Aunque me costó creerlo, su predicción se cumplió. A Carlos Faz, un pintor de talento excepcional, le advirtió: "¡Nunca viajes por mar!". Un año más tarde, yendo a Estados Unidos, Carlos, ebrio como siempre, saltó del barco al muelle, calculó mal la distancia, cayó al agua y se ahogó. Tenía 22 años. Esta señora fue para mi un ejemplo de generosidad, libertad y sutileza. A Faz no le dijo que se iba a ahogar, lo que habría sido una orden de suicidio (la mente tiende a realizar las predicciones), sino que le advirtió de un peligro, dejándole la posibilidad de enfrentarlo o no.' (La Danza de la realidad, Alejandro Jodorowsky, página 265 Editorial Debolsillo, 2005)"

Extraído de "Tarot Lefebre. Manual de Lectura, Hugo Baronti, pág. 6. Editorial: Rari Profundo, 2024.